15/07/2024 - 17:07 - Industria
Autor: Florencia Lippo
La economía local representa un gran desafío para las empresas multinacionales que operan en el país. Es que, al desembarcar en la Argentina, algunas firmas proyectan un desarrollo del mercado que luego no se logra, por diversos motivos coyunturales y de largo plazo.
En ese escenario, en la industria del consumo masivo la actividad está en retroceso. Además, algunas políticas de previos gobiernos, como los controles de precios y las limitaciones a las importaciones y al acceso de divisas, dificultan aún más la operación.
Y, en los últimos seis meses, el derrumbe en el poder adquisitivo se tradujo en una fuerte caída en las ventas, tanto en las grandes superficies como en los pequeños comercios, en el interior del país y en la zona del AMBA, de acuerdo con los datos de distintas consultoras privadas.
Ante este contexto, muchas compañías tomaron la decisión de abandonar su operación directa en la Argentina. Sin embargo, sellaron acuerdos con firmas locales a fin de vender su portfolio, lo que permite que las marcas sigan comercializándose en el país.
Por su parte, en el retail figuran casos emblemáticos como el de la norteamericana Walmart, que se fue del país hace ya cuatro años, y sus comercios se convirtieron en Changomás, bajo el control del Grupo De Narváez. También se puede mencionar el ejemplo de la chilena Falabella, que bajó las persianas de sus puntos de venta en toda la Argentina, a pesar de que se expande en otros países de la región.
En las últimas semanas fue noticia el caso de la norteamericana P&G, que le vendió sus marcas al grupo Newsan. Esta operación abarcó a etiquetas como Gillette, Pantene y Pampers. Previamente, la compañía ya se había desprendido de algunas marcas, como XXX, en manos de la dueña de Plusbelle, Dreamco.
Y Plusbelle, justamente, fue otra de las marcas que tuvo un traspaso de manos. Es que la etiqueta era de la multilatina Alicorp, que también salió de la Argentina. Y este portfolio, con otras líneas de higiene personal, quedó bajo el ala de Dreamco, un grupo local. Algo similar sucedió con la norteamericana Clorox, que le vendió su cartera, con la clásica lavandina de Ayudín, a un grupo inversor que pasó a denominarse Grupo Ayudín.
Asimismo, otra firma que tomó la decisión de limitar su producción en el país ante la coyuntura económica, fue Canale. La empresa cerró sus puertas en San Rafael, Mendoza, y desvinculó a su plantilla en esa planta alimenticia. Estas instalaciones habían comenzado a funcionar en 1942, cuando la empresa fue fundada.