Precios Justos y aumentos dispares

Los autoservicios registran mayores aumentos que los supermercados y el programa de control de precios vigente en el canal moderno amplía la brecha.

10/03/2023 - 09:03 - Industria
Autor: Florencia Lippo


La performance del programa Precios Justos tiene en vilo al gobierno y a las empresas proveedoras y retailers. Durante los meses desde la vigencia de Precios Justos, el IPC Consumo Masivo construido en base al IPC GBA Ecolatina se desaceleró: pasó de promediar 6,9% en septiembre-octubre a 4,8% entre noviembre y febrero. Por su parte, en febrero registró 4,7%, 1,6 p.p. por debajo del promedio del trimestre septiembre-noviembre, previo al acuerdo.

Pero más allá de la desaceleración de la inflación, los resultados fueron dispares, ya que se observó una mayor incidencia del programa en el canal moderno. En cambio, en el canal tradicional -no cubierto por el acuerdo y con menor trato directo con el Gobierno- el aumento de precios de los productos atravesados por Precios Justos fue mayor.

Desde su entrada en vigor, la diferencia entre los aumentos de algunos productos dentro del acuerdo no es menor: por ejemplo, en el canal tradicional el agua creció 10 p.p. por encima del canal moderno; los fideos, +9 p.p; la leche, +7 p.p; los yogures, +6 p.p.


Más aún, si se toma sólo diciembre y enero, meses donde no hubo actualizaciones en los precios que estaban congelados (en noviembre y febrero actualizaron 4% y 9% respectivamente), la diferencia es aún más profunda. 

Esto podría reforzar el hecho de que la desaceleración en la inflación no sólo se vio favorecida por el programa, sino porque hubo otros factores que jugaron a favor. Por caso, la menor dinámica de los precios de la carne hasta enero, el retroceso de 2,1% en los precios de verduras en diciembre. En la moderación del índice de diciembre la clave también radicó en que hubo poco ajuste en servicios regulados e indumentaria se mantuvo relativamente más contenida.

Asimismo, el relevamiento de Ecolatina deja en evidencia que una de las principales debilidades del programa es que impacta menos en los hogares de menores ingresos, ya que este grupo de población no suele comprar en las grandes cadenas de supermercados, sino que compra en autoservicios y comercios de cercanía independientes. 

Según el informe, los deciles más pobres de la sociedad no sólo gastan un mayor porcentaje de sus ingresos en productos de consumo masivo, sino que tienden a utilizar menos las grandes superficies. De acuerdo con la última Encuesta de Gasto de los Hogares los hogares del 10% de menores ingresos destinan sólo el 15% de sus gastos en alimentos y bebidas al canal moderno, mientras que ese porcentaje crece a 45% en los hogares del 10% de mayores ingresos.

En este sentido, el desempeño del consumo viene siendo más favorable en las grandes superficies. De acuerdo con datos de Scentia, en 2022 el consumo en los supermercados trepó 3,1% i.a., mientras que en autoservicios independientes subió 0,8%

En ese marco, la consultora concluye que los controles de precios y salarios resultan insuficientes para utilizarse de manera aislada como herramienta para desinflacionar en forma sostenida. 


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