Preferencia por lo local, por la cercanía y por lo saludable serán tres variables que los argentinos sopesarán al tomar decisiones. También pesarán la sustentabilidad, la trazabilidad y la conectividad. La vuelta a la vida prepandemia será un proceso largo, en busca de la confianza que se llevó el coronavirus.
La pandemia de coronavirus instaló en la Argentina, y en el mundo, nuevos hábitos, cambió conductas, obligo al aislamiento, llevó a que el consumidor comprara donde pudiera y no donde quisiera y priorizara lo necesario sobre lo deseado.
Todos los actores del ecosistema del retail fueron impactados y lo seguirán en el futuro. Las preguntas para la era pos COVID-19 son variadas: ¿Qué tendencias nuevas se consolidarán?, ¿En cuáles aspectos volveremos a lo ya conocido?, ¿Cuáles serán las nuevas demandas de los consumidores?
Las posibles respuestas a estos interrogantes atraviesan el estudio “ADN 2020+”, a través del cual Kantar presentó el perfil del nuevo-viejo consumidor argentino, resumido en 10 claves.
# Las cosas cambiarán, pero tampoco tanto
Si bien la mayoría afirma que las cosas serán diferentes (sólo 1 de cada 10 personas piensa que todo seguirá igual a como era), la gente no prevé un escenario de cambios drásticos.
Se espera que vengan cosas tanto buenas como malas, aunque con ciertos rasgos individualistas: pensamos que nos va a ir mejor como individuos que como sociedad. La generación sub-35, la más afectada económicamente, es un poco más escéptica de cara al futuro.
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# Las decisiones de compra serán más planificadas
Las familias priorizarán productos y servicios esenciales. La mayor planificación tendrá efecto en la dinámica de canales, y limitará las decisiones impulsivas, aunque esto no implique que no haya lugar para la indulgencia y la gratificación.
# La conectividad seguirá cambiando la forma de comprar
El eCommerce incorporó nuevos compradores, los que ya compraban online aumentaron su frecuencia y se expandieron a nuevas categorías, como alimentos y bebidas.
Los consumidores seguirán adoptando medios de pago que no impliquen contacto físico o uso de efectivo. Se rompen las barreras para confiar en servicios digitales que resuelvan necesidades con eficacia, lo que modificará el proceso de decisión y obligará a muchas industrias a repensar el rol de los puntos de contacto físicos.
# Los consumidores buscarán cuidarse más a sí mismos y a los demás
La sensación de indefensión frente a una enfermedad desconocida dispara todas las alertas. El concepto de salud se vuelve más amplio (abarca lo físico y lo emocional) y mantenerlo se convierte en un desafío y una necesidad.
La irrupción de una nueva pandemia es una posibilidad cierta y que escapa de nuestro control. Pero los consumidores saben que mantenerse a resguardo depende en gran medida de sus acciones: la práctica de meditación y/o yoga sumó adeptos (14% del total vs. 10% pre-pandemia), al tiempo que se revalorizan las actividades deportivas y las medidas de higiene personal.
# La vida será cada vez más digital
La vida en cuarentena incrementó el tiempo frente a las pantallas, pero al mismo tiempo hizo que las personas se dieran cuenta de que se puede usar la TV, PC o smartphone para otras cosas, además de estar en redes sociales, jugar o mirar series.
Muchas personas descubren nuevas funcionalidades y las incorporan como hábito, haciendo que la conectividad se sume a más aspectos de nuestra vida: desde cuestiones trascendentales, como la planificación financiera o la educación formal, hasta temas más livianos como recetas de cocina, juegos online y apps de delivery.
# A problemas globales, más soluciones locales
Las estrategias de abastecimiento y producción de las marcas se convertirán en un factor más relevante para los compradores conscientes de la sustentabilidad.
En Argentina y el mundo (con China, España e Italia a la cabeza), los consumidores prestarán más atención al origen de los productos, con foco en la trazabilidad, priorizando lo cercano y lo seguro.
Habrá una preferencia por productos locales y aquellos con un origen certificado, cuyas condiciones de transporte y comercialización se adapten a expectativas más altas de cuidado e higiene.
# Se redefinirá el concepto de cercanía y el cuidado del espacio
Se da más importancia al hogar como un espacio propio para el desarrollo, y se saca provecho de balcones, terrazas, patios, etc. La revalorización de las actividades al aire libre contrasta con ciertos reparos para volver a enfrentar un mundo de muchedumbres.
# Recuperar ciertas costumbres dependerá de la confianza
En un escenario de mayor conciencia sobre la responsabilidad individual en el cuidado de la salud, se reforzarán las medidas de higiene personal y se mantendrá la exigencia de limpieza en espacios comunes.
En la medida que la confianza en las instituciones públicas y las empresas crezca, las personas pondrán menos reparos en retomar rutinas fuera de su casa, ya sea en lo laboral o en cuanto a esparcimiento (salidas, eventos, viajes).
# Se incrementarán las decisiones de movilidad sustentable
La movilidad urbana será más verde, impulsada por los beneficios para el cuerpo y el ambiente, pero también como una forma de evitar focos de contagio, como subtes y micros repletos de gente.
# Los consumidores mantendrán hábitos que dejaron huellas positivas
El coronavirus llegó en el apogeo de la era de la experiencia, en la que hacer cosas que despiertan los sentidos y emociones era tanto o más importante que obtener logros o bienes materiales.
Los consumidores inician un periodo de crecimiento de las experiencias transformadoras: ya no se trata de acumular momentos, sino de que esos momentos sean inspiradores y trascendentes. Vamos a hacer más de lo que nos hace bien y nos sirve.
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