Cómo cambia la actividad supermercadista la Ley de Góndolas

Punto por punto, cuáles son las principales modificaciones, a quiénes alcanza  y por qué la norma que ahora debe tratar el Senado representa una iniciativa intervencionista y con una visión sesgada de la actividad supermercadista.

20/11/2019 - 06:11 - Canales
Autor: Trade & Retail

La Ley de Góndolas fue aprobada en la noche de este miércoles por la Cámara de Diputados, que la giró al Senado, donde seguramente será incluida en el programa de sesiones extraordinarias a las que tiene pensado llamar el presidente electo, Alberto Fernández. 

La iniciativa, que resultó del consenso entre el dictamen de mayoría que impulsaba el Frente Renovador de Sergio Massa y sus aliados de las diferente vertientes del peronismo y el dictamen de minoría de Juntos por el Cambio, recogió 182 votos a favor y 17 abstenciones.

Las principales modificaciones

Aunque el tratamiento en particular avanzaba lentamente, el proyecto votado en general establece que las cadenas de supermercados podrán otorgar a un grupo empresario o proveedor sólo el 30% de una góndola, que deberá compartir con al menos otros cinco proveedores.


Se establece la prohibición de alquilar espacios preferenciales en las góndolas, y se indica que los productos de menor valor se deberán ubicar a una altura equidistante entre el primer y el último estante de la góndola.

También determina que los supermercados le deberán brindar un 25% a los productos de las pymes y un 5% a los de la agricultura familiar. También se establece que el plazo de pago a esas empresas, siempre que estén inscriptas en el registro MyPyme no podrá exceder los 60 días.

Además, se fija que en las islas de exhibición y muebles contiguos a las cajas se deberán presentar en un 50% del espacio productos elaborados por micro y pequeñas empresas nacionales o por cooperativas y mutuales.

En cuanto a los sujetos de aplicación, la ley estableció que estarán alcanzados aquellos que superen los $ 1700 millones de facturación anual y que tengan más de 345 empleados.

Qué se dijo en la sesión

El debate sobre la Ley de Góndolas fue abierto por la presidenta de la Comisión de Defensa de la Competencia, Marcela Passo, quien afirmó que la iniciativa busca combatir "la suba injustificada del precio de los alimentos". La legisladora también les pidió a las grandes empresas productoras de alimentos que "acaparan todo, que cedan un poquito a aquellos que tienen muy poquito o casi nada".

"Este proyecto contribuye a proteger a los consumidores dándoles la posibilidad de elegir. También queremos acompañar a las PyMEs que no pueden ingresar a grandes cadenas", aseguró.


Por su parte, el diputado y posible futuro ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, aseguró que el proyecto "es un avance", ya que "el proceso de intermediación es muy caro para los argentinos". Al participar en el debate, el legislador de Red por Argentina señaló que "votar esta ley amplía la oferta de alimentos, de higiene y limpieza, y permite que haya una diversidad de ofertas".

Arroyo señaló que "no hace faltan muchos datos sobre que el consumo ha caído en forma brutal" y con esta ley que es "equilibrada y armónica" se puede comenzar a fomentar "la producción local y la economía popular".

A su turno, Daniel Lipovetzky, presidente de la Comisión de Legislación General de Diputados, defendió el proyecto argumentando que se busca "romper con el monopolio del precio de los alimentos". Agregó que "las góndolas están monopolizadas por los productos de las grandes empresas", y que eso es "un problema que sufren los pequeños productores de la Argentina".

Por su parte, la jefa de la Coalición Cívica-ARI, Elisa Carrió, respaldó el proyecto, dijo que el "problema de los productores y los consumidores de este país es la intermediación" y manifestó que está "en contra del supermercadismo".

Una visión equivocada

Más allá de que la Ley de Góndolas haya recibido el consenso legislativo, su análisis deja claro su carácter intervencionista y contrario a la libertad de comercio.


Pero también trasluce una visión sesgada del sector sujeto de la norma.  Entre los principales cuestionamientos está que busca regular exclusivamente a los supermercados, que explican apenas el 30% del consumo en el ámbito nacional.

El monopolio y la concentración que los legisladores dicen querer atacar está muy lejos de ser propiedad del sector supermercadista. Parece una ley a medida para atacar a un sector del comercio que es  el más dinámico en las inversiones y el que más empleo genera.

Otro punto que se desconoce es que los supermercados demandan grandes volúmenes de producción, para atender la alta rotación. Las pymes que se obligan a incorporar pueden encontrar en este ítem una limitante, cuya resolución es un resorte exclusivo del proveedor.

Otro punto que no se puede soslayar es que en la actividad supermercadista juegan un rol determinante los costos logísticos, con incidencia directa en la rentabilidad, tanto del propio canal como de los proveedores. Habrá que determinar si las pymes o los productores familiares que aspiran a tener su espacio en la góndola de una cadena se encuentran en condiciones de hacer frente a esos costos sin trasladarlos a los precios, una solución fácil pero que sólo acarrea una fuerte pérdida de competitividad.


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