09/05/2025 - 09:05 - Industria
Autor: Florencia Lippo
Con viñedos en dos de los oasis más importantes de Mendoza — Los Chacayes, en el Valle de Uco, y San Rafael— Bodegas Bianchi culmina una vendimia marcada por desafíos climáticos y decisiones enológicas clave. La cosecha 2025 deja una proyección positiva para vinos tanto blancos como tintos, gracias a una combinación única de adaptación del viñedo, manejo vitícola y enológico de excelencia.
Silvio Alberto, Chief Winemaker & Viticulture de la bodega, lo resume así: “La naturaleza nos puso a prueba, pero la respuesta del viñedo fue admirable. Estamos ante una añada desafiante".
El verano de 2025 se caracterizó por temperaturas elevadas que sugerían un posible adelantamiento en las fechas de cosecha. Estas condiciones climáticas exigieron una atención especial a las necesidades hídricas del viñedo, con el objetivo de evitar situaciones de estrés.
“Sobre esta añada 2025 podemos decir que se conjugaron muchos factores que hicieron que la visión de la aplicación de los detalles marcaran el manejo de los viñedos y los procesos de vinificación", destaca Alberto.
“Los viñedos siguieron trabajando incluso en condiciones extremas. En Los Chacayes, alcanzamos temperaturas de hasta 43°C a la altura de los racimos, pero las plantas no solo resistieron, sino que entregaron fruta con madurez polifenólica, color, aroma y estructura”.
En cuanto a los vinos blancos, tanto San Rafael como Valle de Uco ofrecieron resultados muy prometedores. Al analizar la maduración de la uva, puede afirmarse que la añada 2025, a pesar de las elevadas temperaturas, permite obtener vinos con muy buena intensidad de fruta y una acidez fresca, gracias a un manejo adecuado de la canopia y a un plan de riego ajustado a las necesidades hídricas del viñedo. En conclusión, se logró una excelente calidad tanto en la expresión frutal como en la frescura de los vinos base destinados a espumantes.
Los blancos tranquilos también sorprendieron: los varietales jóvenes se destacan por aromas tropicales, y los blancos de guarda muestran una gran estructura, volumen en boca y una complejidad que promete crecer con el tiempo gracias a su fermentación en ánforas y barricas.
La gran revelación del año fueron los tintos. En Los Chacayes, el seguimiento minucioso permitió evitar una cosecha apresurada por la alta concentración de azúcar inicial. Se priorizó la degustación de uvas, y recién hacia fines de marzo se alcanzó la madurez polifenólica deseada. El resultado de nuestra espera: vinos intensos, con fruta vibrante, taninos redondos y excelente estructura.
San Rafael tampoco se quedó atrás. Variedades como Merlot, Malbec y Cabernet Sauvignon sorprendieron con una expresión aromática inesperadamente elevada, típica, fresca y frutal, incluso en un año cálido. En ambos terroirs, se rompieron los esquemas: este año, se cosechó Malbec antes que Merlot, y Cabernet Sauvignon antes que Malbec, mostrando que en la vitivinicultura, la naturaleza lleva la delantera.
Un episodio clave que definió el carácter de la vendimia 2025 fue la capacidad de las plantas para adaptarse a temperaturas inusualmente altas, manteniéndose activas en su afán de alcanzar una maduración equilibrada entre color, taninos, fruta y complejidad. Esta experiencia reafirmó que, en la vitivinicultura, es fundamental acompañar el desarrollo del cultivo más allá de los parámetros técnicos, interpretando sus tiempos y señales. La cosecha de variedades en un orden atípico fue un claro ejemplo de cómo la naturaleza desafía las normas y obliga a tomar decisiones basadas en la observación y la sensibilidad enológica.